domingo, 14 de febrero de 2010

Retrato médico: Toc, toc, estimado Dr. Y.

Estimado Dr. Y.,

Quizás esta forma de presentación no sea la habitual ni el método convencional para proceder, pero en ausencia de otros referentes por los que decantarme, me he decidido a escribirle esta carta ya que deseo conocer su opinión de reputado psiquiatra.

Verá, se trata de un amigo por el que temo la posibilidad de que padezca algún tipo de trastorno obsesivo compulsivo. Le ruego que disculpe mi atrevimiento, en primer lugar, por hablarle de las intimidades de un amigo sin su consentimiento, pero he considerado que la estrecha relación de amistad que nos une desde la niñez es licencia suficiente para llevar hasta este punto mi preocupación por él. En segundo lugar, también deseo pedirle disculpas por mi osadía al mencionar un posible diagnóstico, dado mi completo analfabetismo en la materia, pero los hechos hacen innegable la veracidad del mismo.

Su vida se rige por el orden más riguroso y siempre se ha...


(Edición/Seleccionar todo/Suprimir)




Apreciado Dr. Y.,

Creo que tengo un problema. Mi vida se rige por el orden más riguroso y siempre me he enorgullecido de acometer todos mis actos con la más meticulosa pulcritud. Sigo unos estrictos y metódicos horarios (considero que la disciplina es la base de todo posible avance a nivel tanto personal como profesional), e intento realizar toda tarea con absoluta perfección, repitiendo y llevando a cabo cuantas comprobaciones del proceso y del resultado sean necesarias.

Mi desarrollo a nivel profesional es brillante, pero mi fracaso en las relaciones personales y las ya reiteradas ocasiones en que he comprobado que mi comportamiento no se corresponde con el habitual de mis congéneres, me han conducido a una terrible sospecha. ¿Tendré acaso lo que ustedes, los psiquiatras, denominan un trastorno obsesivo compulsivo?

Verá, abandonar el escritorio, aunque sea para un breve descanso con mis compañeros, sin concluir la redacción de los informes se me antoja imposible por la angustia que me produce. Una vez finalizados, necesito repasarlos cuantas veces crea conveniente hasta alcanzar la perfecta combinación de estilo y contenido, sin importarme las horas que dedico a ello, muchas más que las que mis compañeros emplean en realizar las mismas tareas. Esto no me supondría ningún problema hasta que, hace ya algún tiempo, pude comprobar el profundo desasosiego que me causó verme forzado a entregar un informe en que no pude cuidar hasta el último detalle.

De repente, me produjo horror la idea de que algo realizado por mí no alcanzara el grado de perfección para los demás (por supuesto, para mí nunca es suficiente) y sentí cómo una indescriptible sensación de miedo, angustia y pánico se apoderaba de mí. Me costaba respirar y por más que lo intentaba, a pesar de aumentar la frecuencia de mi respiración no entraba aire suficiente en mis pulmones, al tiempo que un terrible dolor punzante, justo en mi corazón, me llevó a la asfixiante idea de que la muerte nos acecha en todo momento.

Para todos los demás son tan sólo unas simples hojas escritas que deben recoger lo esencial, sin otros aspectos meritorios que cumplir lo básico. Para mí, por contra, cada frase escrita debe ser un reflejo de esa perfección que siempre intento alcanzar y que debe ir unida a mi persona. Mi vida es búsqueda.

Me aterra cambiar, pero me vi reflejado al ojear una revista médica y...


(Edición/Seleccionar todo/Suprimir)




Distinguido Dr. Y.,

Sé que tengo un trastorno obsesivo compulsivo y solicito su ayuda. La necesidad de perfección me esclaviza hasta el punto de repetir una y otra vez los mismos trabajos y acciones hasta asegurarme de que todo es inmejorable. Necesito comprobar que he cerrado correctamente las puertas exactamente cinco veces, abriéndolas y cerrándolas de nuevo, y aún así, no han sido pocas las ocasiones que he vuelto a casa a la hora del almuerzo para asegurarme de que, en efecto, todo estaba en orden. Lo mismo me sucede con la ventana de mi dormitorio, que da a un balcón fácilmente accesible, o con el gas, que podría ocasionar un fatídico accidente en un edificio donde viven, al menos, veinte familias.

Sin embargo, me da miedo cambiar, no quiero perder calidad en mi trabajo si abandono el ansia de perfección que me caracteriza. ¿Cómo podría ser de otra forma y seguir siendo yo mismo?


(Edición/Seleccionar todo/Suprimir)




Apreciado Dr. Y.,

Me dirijo a usted ya que conozco su distinción como psiquiatra y espero que pueda ayudarme. Verá, soy tan perfeccionista que hasta que no he comprobado una y otra vez hasta la extenuación detalles para otros tan simples, pero para mí esenciales, como la puntuación y la corrección gramática de una frase, soy incapaz de sentir tranquilidad o abandonar, aunque sea para un descanso, el trabajo que me encuentro realizando.



Apreciado Dr. Y.,

Me dirijo a usted ya que conozco su distinción como psiquiatra y solicito su ayuda. Soy tan perfeccionista que hasta que no he comprobado, una y otra vez, hasta la extenuación, detalles para otros tan simples pero para mí esenciales como la puntuación y la corrección gramatical de una frase, soy incapaz de sentir tranquilidad o abandonar, aunque sea para un descanso, el trabajo que me encuentro realizando.


(Edición/Seleccionar todo/Suprimir)




Dr. Y.,

Le ruego su ayuda. Yo...


(Edición/Seleccionar todo/Suprimir)




Dr. Y.,

Ayuda.

(Edición/?)





3 comentarios:

  1. Se dice que un genio se distingue por sus manías y obsesiones. Muy buen post, me hizo reír mucho. Saludos!!

    ResponderEliminar
  2. ¡Y por el sufrimiento! ;)

    Me alegro de que te haya hecho reir. ¡Saludos!

    ResponderEliminar
  3. que freak el título.. toc toc dr. Y... XD!

    ResponderEliminar