jueves, 4 de febrero de 2010

La condena


Tu condena ha sido tu propio ser. Tus formas son exageradas y asimétricas, carentes de armonía, aunque proporcionadas con tu mente, una burla a toda idea lógica. Vives en la soledad, puesto que son pocos los que se atreven a aproximarse a ti, individuo esperpéntico a primera vista. Naciste con el estigma de la diferencia, no entendida como aquella sutil y atractiva distinción que embellece, sino como la que exacerba la fealdad de quien fue condenado a vivir incomprendido.

Algunos osados se aventuran a cerrar los ojos y acercarse a ti, pero tú, pobre ser malherido, te niegas a dejarte sacar del abandono. No hay sufrimiento mayor para ti que el momento en el que te vuelven a olvidar en él. Quienes hace ya tanto te conocieron, nunca supieron a ciencia cierta si la naturaleza había jugado contigo creando a un genio, a un genio loco o a un loco a secas. Se divirtieron junto a ti, hasta que les dio terror la idea de no llegar a saberlo nunca. No les asustaba relevarte a la locura, sino no ser capaces de comprender la visión de genio que en ti había.

Crees que serías hermoso si tu apariencia externa se modificara. Y entonces nada importaría, tu excentricidad sería perdonada. Incluso halagada y envidiada. Crees que nada hay en ti que merezca admiración alguna, pues nunca has sido apreciado. Ni tan siquiera tú mismo, tan sumido en tu desgracia, has sospechado la singularidad de tu belleza. Pues ni hay belleza única, ni toda debe ser comprendida. Lástima que hayas aprendido tan bien a ocultarla a un mundo temeroso de quedar fascinado por cuanto no puede entender.

Tantos otros luchan por encontrar un rasgo diferente en su ser, algo único e irrepetible que les confiera su propia identidad. Tú, en cambio, escondes tu diferencia mientras esperas que, por fin, alguien al mirarte te dé el regalo de la normalidad.

5 comentarios:

  1. Un escrito sumamente interesante. ¿El regalo de la normalidad?, uf!, toda una meta, porque qué es lo normal hoy, algo muy dificil de precisar, ya que la unicidad obejtiva es una quimera.
    En fin, muy buen blog, hay muchas cosas interesantes para leer, escritas de forma llamativa y precisa, sigue adelante.
    Saludos!!

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  2. También habría que discutir hasta qué punto la normalidad es un regalo. :)

    Muchas gracias, Henry. ¡Espero que continúe gustándote!

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  3. ruthlau la normalidad es lo que más se repite, eso no qiere decir que sea bueno o malo. sólo es estadística.

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  4. Sí, pero ser una persona "normal" lleva implícitos ciertos aspectos, como el de la integración en un grupo con todo lo que ello conlleva, por poner un ejemplo.

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  5. Gran artículo, Ruth, aunque el tema no deja de ser un tanto deprimente... Me viene a la cabeza la genial película "El curioso caso de Benjamin Button" (2008), de una persona cuyo recorrido temporal es contrario a los demás: nace viejo y muere como un recién nacido. La película es un canto a la aceptación de la singularidad y de la vida (el drama del aborto tiene en ocasiones mucho que ver con no aceptar al diferente; es, en ocasiones, una forma de eugenesia).

    Enrique S. C.

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